Los trastornos alimenticios como la Anorexia y la Bulimia
se han vuelto bastante conocidos desde tiempo atrás; estos trastornos habían
sido descritos como
cuadros clínicos desde finales del siglo XIX y aparecen casos documentados desde el siglo XVII. Sin embargo, su expansión tanto numérica como territorial y su relación con rasgos de la cultura actual permiten caracterizar- los como patologías propias de la sociedad urbana contemporánea.
cuadros clínicos desde finales del siglo XIX y aparecen casos documentados desde el siglo XVII. Sin embargo, su expansión tanto numérica como territorial y su relación con rasgos de la cultura actual permiten caracterizar- los como patologías propias de la sociedad urbana contemporánea.
La anorexia y la bulimia afectan a millones de personas
en todo el mundo. Pueden causar desnutrición, afecciones cardiacas e incluso la
muerte. Son difíciles de tratar y permanecen ocultos hasta para las amistades y
familiares más próximos de quien los sufre.
Si bien es cierto que los trastornos alimenticios han sido llamados “de la abundancia” y aparecen mayoritariamente en países desarrollados, en zonas urbanas y en estratos socioeconómicos altos, no son exclusivos de ellos y la tendencia parece mostrar su expansión hacia otros países, regiones y sectores sociales. En este sentido, pueden constituir una vida de desnutrición cualitativamente diferente a la tradicional, relacionada ésta con la pobreza y la extrema pobreza.
Algunos datos del incremento de consulta por trastornos alimenticios y de su distribución por sexo, son indicativos de su expansión en nuestro país.
Cuando se está tratando a un paciente con esta condición,
el entrevistador debe generar que el c/p se sienta en confianza y también saber
trabajar en equipo tanto con los médicos, nutriólogos y la familia.
Debe siempre recordar que él no está ahí para señalar
culpables sino para conseguir información valiosa para que en las secciones
posteriores juntos puedan resolver el problema del individuo dando a conocer al
c/p que lo que está haciendo es perjudicial a su salud y a su círculo cercano.
El entrevistador debe ser cauteloso pero asertivo en
cuanto a su actitud ya que estas personas presentan en un cuadro clínico
importante, donde su vida corre riesgo.
El ámbito educativo, la familia, los medios de comunicación y
la Atención Primaria se identifican como los principales espacios para
desarrollar estrategias de prevención tanto de los TCA como de otras conductas
de riesgo. Todos los agentes sociales entrevistados concuerdan en la necesidad
de fomentar la educación no formal en la escuela a través de las asignaturas
transversales (educación para la salud, desarrollo de habilidades sociales y
fomento de autoestima) nombrando como principales objetivos educativos el
desarrollo integral del ser humano y el fomento de una ciudadanía activa y
crítica. La formación del profesorado, la realización de talleres bajo la
invitación de otros agentes sociales, la implicación de los padres, así como la
creación de espacios alternativos de participación para los jóvenes se
identifican como pasos importantes en la realización de este objetivo a la vez de
manifestarse la conciencia de la necesidad de un apoyo político para asegurar
su financiación e implantación. A los medios de comunicación se pide el
establecimiento y seguimiento de códigos éticos en la publicidad y la
realización de programas de información objetivos y no-alarmistas,
proponiéndose la introducción de una legislación reguladora. Desde la
valoración de la Atención Primara como puerta de entrada al sistema sanitario y
lugar prioritario de detección precoz se demanda una mayor formación y sensibilización
de sus profesionales, así como la realización de labores de prevención fuera de
los Centros de Salud, considerándose la figura del orientador escolar y del
mediador de salud como posible enlace en el desarrollo de programas de
cooperación entre diferentes ámbitos institucionales, la familia y los mismos
jóvenes.
Referencias Bibliográficas:
·
Hagedorn, H. (1955) Anorexia Nervosa, Acta Médica Scand.
pp.151-201.
·
Heiker, M. & MILLAR, C. (s.f.) Anorexia-Bulimia:
Deseo de Nada. Argentina: Paidós.
·
Pasqualini, D., Fahrar, M. & SECO, M. (1996) El
Adolescente con Trastornos de la Conducta Alimentaria: Modelo de Asistencia
Integral Ambulatoria. Argentina: Atuel; pp 81-82, 79-92.
Es un post muy interesante, la verdad es que los adolescentes hoy en día deberían tener una mayor consciencia en estos temas, así podríamos evitar que estos problemas se propaguen, excelente trabajo! Saludos!
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