Por: Yehosafat Trujillo Peralta.
Como entrevistador debes tener un equilibrio casi imperturbable y, además haber estado preparado para tocar temas con los cuales quizás te identifiques; que el entrevistador sepa de antemano su estado emocional y su
resolución de problemas del pasado o presente es el cimiento sobre el que se
postra el óptimo desarrollo del proceso de entrevista.
“El entrevistador es un explorador y descubridor de
talentos; no puede descontar a las personas porque no manejan cierta forma de
resolver problemas; cada persona, con su forma de visualizar las situaciones,
aporta algo a la solución de aquéllos y es digna de tomarse en cuenta; en la
entrevista debemos detectar las habilidades que tienen específicamente
desarrolladas en forma natural; es necesario observar si reconoce sus
habilidades y cómo las aprovecha en la solución de problemas.”
El entrevistador
debe tener una actitud de servicio, liderazgo y serenidad, ya que no sabe que
situaciones afrontara la puesta de su área de trabajo.
El entrevistador perfecto cubre al menos cuatro
categorías básicas de habilidades: sociales, comunicacionales, interpretativas
y de toma de decisiones (Grados & Sánchez; 2007) que le permiten no sólo
generar un proceso ideal de entrevista, sino también uno cómodo que facilita la
más libre y abierta expresión del c/p.
Debe ser directo,
pero sin tapujos, sin prejuicios; debe ser capaz de evitar que el entrevistado
salga del tema, sin ser arbitrario o interrumpirle la palabra.
Debe contar con un alto nivel de Autoconocimiento, que le
permitirá una mayor sensibilidad ante sí mismo y ante los demás, facilitando
así las cuestiones empáticas de la entrevista; asimismo, el entrevistador ideal
se Autoconoce y al reconocer en sí mismo tanto defectos como virtudes, es capaz
de aceptar, respetar y entender con mayor facilidad la humanidad de sus p/c.
También debe poder demostrar un interés por lo que el
entrevistado dice, siente o piensa. Sin embargo esto no quiere decir que el
entrevistador se deba involucrar con lo que está escuchando, por el contrario,
el entrevistador ideal sabe ser empático y comprensivo sin mezclar sus
emociones; generando así que el c/p se sienta cómodo.
La Autoconfianza, como rasgo de personalidad del entrevistador
es primordial, puesto que la asertividad y pertinencia tanto de sus acciones
como de sus observaciones depende en gran medida de ella.
Debe dirigir la entrevista solo en medida de lo necesario, hace notar que es él, el entrevistador, quien lleva el control pero también ser flexible, no arrogante y abierto a la opinión del otro, pues el propósito del entrevistador es llegar a capturar información valiosa para el proceso que se esta empezando y permitir que el entrevistado se exprese libre y abiertamente.
Por último, pero no menos importante, el entrevistador
debe perseguir la Autorrealización, pues es justo en esta persecución que éste
se ve obligado a generar metas proporcionales a sus capacidades, lo que durante
la entrevista el p/c podrá ver reflejado tanto en la eficacia de las mismas,
pues la estructura de ésta brindará el lugar, el momento y la situación
perfectos para la mejor expresión del p/c; como en su capacidad para plantear
metas realistas y alcanzables al finalizar las entrevistas.
Y es que, aunque parezca tarea fácil, la entrevista nos
coloca en un punto en el cual cualquier paso en falso no sólo nos afecta a
nosotros, afecta a la persona que se encuentra enfrente, a aquél buscando verse
mejor a través de nuestros ojos.
Referencias Bibliográficas:
·
Acevedo, A. & López, A. (2009) El Proceso de la Entrevista. (ed. 4) México: Limusa.
·
Colín, M., Galindo, H. & Saucedo, C. (2009) Introducción a la Entrevista Psicológica.
México: Trillas.
·
Grados, J. & Sánchez, E. (2007) La Entrevista en las Organizaciones. (ed. 2) México: El Manual
Moderno.
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