Por: Dulce Thea Aduna
Longoria.
Recientemente,
presa del ocio, me encontré a mí misma en una situación un tanto común, por ‘casualidad’
me hice auditora de una conversación ajena, pero en lugar de enfocarme en el
contenido de dicha plática dirigí mi atención a la forma;
una de las jóvenes
(la investigadora) absorta en las narraciones vivenciales de la otra, de tiempo
en tiempo intervenía con alguna pregunta o algún reforzador que aumentaban el
entusiasmo de la ponente (entrevistada), pero mantenía un total silencio y una
mirada constante que permitían e incrementaban la libre elaboración de la
interlocutora, que si quizás hubiese obtenido otra respuesta o la pregunta
inadecuada en el momento inadecuado no se hubiese abierto y contado las
intimidades que en ese momento compartió.
Debido a que
hacemos un uso diario y casi mecánico del lenguaje, el interrogatorio y algunos
otros recursos comunicacionales propios de la entrevista, quizás podríamos
considerar que llevar a cabo una entrevista exitosa es algo sencillo, pero así como sucede en los
demás campos de estudio, la Entrevista cuenta con una serie de Habilidades,
Técnicas, Estrategias y algunas otras Herramientas bien establecidas de las que
el entrevistador puede y debe valerse para llevar a cabo procesos fluidos, cómodos,
abiertos y útiles para el cliente/paciente que cumplan los requisitos de tiempo
y forma que enmarcan a la entrevista con aquellos cuales fueren sus objetivos
particulares.
Una estrategia
bastante popular y útil se denomina Ventana de Johari, y debe su nombre a una
construcción formada con sílabas de los nombres de sus autores: Joseph Luft y
Harry Ingham. (Grados & Sánchez; 2007) Este modelo consiste prácticamente
en evaluar la personalidad basado en dos caraterísticas: el grado de apertura
de las relaciones y el grado en que se acepta la retroalimentación de los
demás.
En cuanto a las
relaciones Luft e Ingham plantean cuatro áreas: abierta (lo que sabemos y los
demás saben de nosotros mismos), ciega (lo que nosotros no sabemos de nosotros
mismos pero los demás si), oculta (lo que nosotros sabemos pero los demás no),
y desconocida (comportamientos que desconocemos porque surgen solo en
situaciones críticas); estas nos aportan información acerca de la capacidad de
introspección, auto-conocimiento, auto-aceptación, responsabilidad y
auto-consciencia del individuo. Mientras tanto el grado de aceptación a la
crítica constructiva se rige por los buenos modales y la expresión diplomática
y tiene como función indicarnos que tan abiertas al cambio están las personas y
cuan desarrollada esta su capacidad de insight.
La Ventana de
Johari representa una muy buena estrategia de entrevista laboral de selección.
Un elemento básico
de la entrevista, cuyo uso tiende a ser Táctico y no debe ser abusivo, es el
Cuestionario, que, como bien lo indica su nombre, está constituido por una
serie de preguntas que cumplen cada una objetivos diferentes dentro del proceso
de la entrevista. A continuación se presenta un breve pero conciso listado de los
tipos de preguntas y sus características:
1. Abiertas. Dan plena libertad de respuesta al
entrevistado.
2. Cerradas. Se utilizan en las entrevistas en que el
entrevistado tiene una intervención activa. Se dividen en de Identificación, de
Selección y se si y no.
3. De Ordenamiento. Sirven para establecer jerarquías.
4. De Opción Múltiple. En ellas se proporciona al
entrevistado un conjunto de respuestas posibles.
5. De Orden y Calificación. Surgen como respuesta ante
las diferencias de relevancia que no se pueden establecer con las de
ordenamiento.
6. De Sondeo. Sirven para profundizar en la investigación
y son aquellas que dan seguimiento a las respuestas de las preguntas previas.
7. De Reflejo. Con éstas se intenta reproducir los
hechos o sentimientos percibidos durante la entrevista.
8. Sugerentes. Son aquellas que inducen la respuesta y
pueden utilizarse cuando el entrevistador cree tener alguna duda sobre las
aseveraciones del sujeto.
9. Proyectivas. Actúan como facilitadores para que el
entrevistado pueda expresar sus sentimientos sirviéndose de otros puntos de
referencia.
10. Situacionales. Tienen como fin establecer
situaciones miniatura que simulen una realidad posible.
11. De Aclaración. Consisten en dilucidar situaciones
que resulten confusas tanto para entrevistado como para entrevistador.
12. De Confrontación. Consisten en pedir pruebas y datos
objetivos al entrevistado sobre lo que se sospecha que está exagerando y sirven
para recuperar la perspectiva.
13. De Presión. Se utiliza el tiempo para estudiar la
capacidad del entrevistado para organizarse ante situaciones de urgencia.
14. Evaluativas. Se basan en las expectativas que tiene
el propio entrevistador en relación con la información que puede aportar el
entrevistado.
15. Columpio. Son aquellas que plantean una situación
hipotética pero quizás desagradable o inaceptable para el sujeto y se utilizan
para explorar cuestiones que el p/c no se planteará.
En el caso
particular de las preguntas de Ordenamiento y de Orden y Calificación se
recomienda la alternancia entre las expresiones oral y escrita; puesto que en
estos singulares casos la escritura puede facilitar una expresión más precisa y
sincera de las cuestiones internas del paciente/cliente. (Keats; 2009)
Grados y Sánchez
(2007) nos dicen que "En el proceso terapéutico, el terapeuta obtiene
información de las verbalizaciones del sujeto y de su lenguaje no verbal, y es
en muchas ocasiones más importante este último." Por lo que es primordial
para el entrevistador desarrollar sus capacidades de observación e
interpretación de la expresión corporal y facial.
Asimismo, como entrevistadores debemos practicar hasta desarrollar la
experticia sobre las diversas Técnicas que posibilitan una mayor comprensión
del p/c, así como el mejor desarrollo posible de nuestra Alianza de Trabajo
(relación establecida entre el entrevistador y el entrevistado sobre la cual se
yergue el éxito o fracaso de la entrevista).
Entre estas
técnicas encontramos primero el establecimiento del Rapport, sobre el que Keats
(2009) nos indica "Rapport es el término con el que se designa una
relación cómoda, cooperativa entre dos personas, en la que se mantienen
sentimientos de satisfacción y una comprensión empática de la posición del
otro." Se recomienda se permita al p/c iniciarlo puesto que así se pueden
observar las capacidades del individuo para relacionarse con nuevas personas, y
algunos rasgos de personalidad ligados con la autoconfianza.
Algunas otras técnicas de las cuales se puede valer
el entrevistador para explorar a su p/c incluyen el uso adecuado del Silencio
(principalmente utilizado para invitar al p/c a continuar con su discurso y
para medir a qué nivel maneja la angustia), Mm-hm (sonido que tiende a brindar
la sensación de que se está escuchando con atención a lo que se está diciendo),
Eco (consiste en repetir lo último que el entrevistado ha dicho en forma de
pregunta, y se utilizan para profundizar en el tema o aclararlo),
Agrado-Desagrado (son gestos de aprobación y desaprobación que buscan medir qué
tanta necesidad de reconocimiento tiene el individuo; tienen una mayor utilidad
en el área laboral) y, finalmente, Desacuerdo (es la técnica más agresiva y su
uso se recomienda estrictamente en el área organizacional; consiste en expresar
un total desacuerdo con lo que el p/c declara y busca conocer el grado de
control emocional que el individuo tiene sobre sí mismo ante la agresividad).
(Grados & Sánchez; 2007)
También encontramos
algunas técnicas desarrolladas específicamente para su aplicación en la
Entrevista Clínica, aunque pueden utilizadas de manera pertinente en otras
áreas:
•
Escucha Activa. Igualar la posición del cuerpo ya que aumenta la
sintonía; mantener el contacto visual mientras lo escuchamos.
• Acompañar al Paciente. Mientras habla, llora, grita,
manifiesta algún sentimiento, hacerlo en silencio, sin interrumpirlo y guardar
éste aun después de que termine. El silencio actúa como catalizador a
reacciones fuertes.
• Uso de la Voz. Impostar la voz, de tal manera que el
tono de voz que se utilice provoque confianza en las personas; se debe evitar el
utilizar tonos fuertes o agresivos.
• Lenguaje Sintónico. Observar su discurso y responder
de acuerdo a su preferencia sensorial, ya sea visual, kinestésica o auditiva.
• Clarificar. La información recibida para confirmar
si se ha entendido el mensaje, y no presuponer.
• Paráfrasis o eco. Repetir la frase mencionada para
que analice su contenido.
• Reflejo. El terapeuta recoge el contenido emocional
del mensaje, y si considera que el paciente se sentirá más comprendido con
ello, describe con éste el sentimiento o estado emocional.
• Mensajes mixtos. En sentimientos pensamientos y
conductas. Hay que hacerlo describiendo, sin juzgar.
• La interpretación. En ella el terapeuta manifiesta
las relaciones causales entre varias conductas, versiones, sucesos o ideas del
cliente, presentando una posible explicación; esto ayuda a que el paciente
tenga una nueva perspectiva y le ayuda a comprender adecuadamente lo que le sucede.
• Cierre.
Se presenta el resumen de lo dicho en el proceso terapéutico y se establecen
metas para la siguiente sesión.
Por último, basados
en la clasificación de Habilidades de Grados y Sánchez podemos distinguir dos
grandes grupos: Habilidades Interpretativas y de Exploración.
Las habilidades interpretativas, como lo indica su
nombre, son aquellas que nos ayudan a hacer inferencias asertivas a través de
la observación objetiva de la expresión general del sujeto. Éstas están
conformadas por las Habilidades para Escuchar, para Hablar, Conceptuales, de
Memoria (Recuerdo), de la Estructura de Desarrollo y la Paciencia.
Por su parte, las
habilidades de exploración son aquella que nos permiten aclarar significados,
ampliar los límites y la calidad de las respuestas, analizar elementos de
congruencia, motivar al sujeto y reducir la ansiedad. Por su naturaleza es
importante que éstas se expresen de manera que animen al sujeto a organizar sus
pensamientos.
Dentro de este
grupo se utilizan la exploración silenciosa (medios no verbales para expresar
que se requiere más información), alentar (con un lenguaje mínimo o expresiones
notorias de empatía), la clarificación inmediata (pedir más información) y retrospectiva (regresar a una respuesta
anterior), la elaboración inmediata (preguntar razones y motivos a una
respuesta dada) y retrospectiva y la mutación (uso de la pregunta subsecuente
para cambiar el curso del interrogatorio hacia otro tema). (Grados & Sánchez;
2007)
Ahora,
que hemos explorado a fondo las diversas herramientas que se ofertan al
entrevistador podemos ver el nivel de complejidad que realmente conforma a la
Entrevista como Método, y quizás, podremos más adelante tratar con más respeto
este campo de estudio aún en desarrollo y al mismo tiempo tan ampliamente
establecido.
Así
que a entrenar, que para ser los mejores entrevistadores no podemos confiar sólo
en nuestra intuición y nuestras habilidades de improvisación; para convertirnos
en unos verdaderos maestros en la ciencia del interrogatorio debemos practicar
diariamente y familiarizarnos (hasta la experticia) con nuestras armas de
batalla.
Referencias
Bibliográficas:
·
Grados,
J. & Sánchez, E. (2007) La Entrevista en las Organizaciones. (ed. 2) México:
El Manual Moderno.
·
Keats,
D. (2009) Entrevista. Guía Práctica para Estudiantes y Profesionales. México:
McGraw Hill.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario